Hace mucho de la última entrada; y como en todos lados, los blogs de hace una
década fueron dejando paso a redes sociales como Facebook - que tambien ya está
pasando de moda... FB permite un trato interactivo con los demás, y por eso los
blogs de antaño que eran como "la revista Gente o Caras propia personal", donde
el común de la gente volcaba la necesidad de mostrar su vida como en una nota de
esas revistas, mutó a Fb donde hacen lo mismo pero reciben intercambio inmediato
de esa necesidad de admiración... "ay, estás diviiina..." "diosa (o dios)"...
Así ves gente que publica 10 pelotudeces diarias con pavadas permanentes... No
es difícil ver que no tengo nada de cariño con FB, pero terminé haciendo uno del
barco; porque hay cosas buenas como conferencias, notas del río o de barcos, o
de navegantes...
Igualmente no vuelco ahí mas que fotos o videos; el blog sirve
para volcar cosas mas profundas, y aunque las lean 10 personas, también me sirve
a mí como recuerdo de los hitos que van pasando con el Titanio; me pasó el otro
día, releyéndo dps de tanto tiempo. 2019 finalmente fué el año de mudanza, de
terminar la casa, de acomodar la vida personal y familiar... y por ende de pocas
navegaciones. "No importa, me acomodo y en 2020 vamos con todo". De la pandemia
que estamos viviendo, de esta locura mundial impensada por el mas loco de los
oráculos a fin de 2019, no tiene sentido explayarse acá.
Volviendo al año
pasado, me prometí y finalmente se cumplió volver a intentar ir al Encuentro de
la Bahía de Noviembre, que organiza Martín Pachiani, y que había salido
frustrado en 2018. Como sea, como esté el barco; Finalmente contacté a Martín, y
me dijo que salían el Sábado 16 del puerto de San Isidro con el Hannah Boden, su
Albatros 9.50; iba a ser de la partida otro barco que finalmente se bajó.
Conmigo iban Guille, del viaje frustrado del año pasado, amigo del club y de los
años, y Caro, su pareja. Martín y su tripulación durmieron en el barco y
salieron a las 7.am. según lo planeado. Nosotros fuimos al club, cargamos los
bolsos, vituallas varias, y 9:45 iniciamos la ida desde el club. Salimos bien,
viento suave del Este-Noreste, hicimos un par de cambios de vela hasta que
dejamos foque y screacher. Pero se calmó. Un rato de calma, un poquito de motor,
luego como pasa en días normales a medida que avanzó la tarde fué rotando al
Este PERO NO TANTO... con el screacher y foque hacíamos 8, 9 nudos.
Mayor, foque y Screacher dps de Quilmes
Cuando
faltaba poco para llegar a Atalaya divisamos al Hannah Boden. Ahí arriamos
screacher, y a las 19hs lo alcanzamos a la altura de Atalaya.
El Titanio desde el Hannah Boden
Se venía la noche,
y: 1er problema que acusaba el "salir así nomás": la relinga de la mayor se había
puesto muuuy difícil hacía ya un tiempo. No estaba para hacer maniobras en la noche. El pronóstico
era de vientos portantes, pero bastante fuertes; por lo que al ratito de haber
pasado al Hannah Boden, tomamos dos rizos en la mayor (enrollamos hasta el 2do
rizo) y enrollamos foque: switch a modo crucero crucero. Para no hacer maniobras
en la larga noche que nos esperaba en la Bahía de San Borombón, y para ir
acompañándonos con el HBoden.
Párrafo aparte para Guille y Caro: fenómenos los
dos, cocinaron, prepararon, cuidaron el barco, se bancaron mis momentos de mal
humor, navegan bien, se adaptaron al trimarán... Compañeros ideales.
Noche
negra, mucha ola, de popa; nosotros con 2 rizos en la mayor, a 5,5 o 6 nudos.
Muchos golpes de olas de aleta y popa, por lo que mojaban. Yo pensaba en los
brazos que había arreglado hace unos años... ahora sí era esfuerzo en serio...
resistirían? Apenas dormité algo en el cockpit, mientras Guille timoneaba. Luego
Guille entró, salió Caro, timoneé yo... y así nos fuimos turnando sin horarios,
una sola noche no daba para "armar guardias". Viento de unos 15 a 20 nudos. Es
un error ir con la mayor, hay que ir tirando del barco desde la proa "como a un
caballo" con el viento en popa. Pero como estaba la relinga... no quería a nadie
haciendo maniobras, demasiado negra la noche para un "hombre al agua".
El Hannah
Boden, mucho mas grandote, mas pesado, le venía bárbaro; luego nos lo contaron,
disfrutaron la noche. veíamos la luz a unos cientos de metros a nuestro babor.
Nos fueron pasando lentamente; al amanecer de esa noche mojada y sopapera,
estaban un par de millas adelante y a babor.
Ya con luz era otra cosa, peeero,
divisamos el 1er Pampero del viaje, un perfecto cigarro oscuro rodando hacia
nosotros en el que la vela blanca del Hanna Bodenn parecía una luz.
El Hannah Boden y el Pampero que se viene
Hermoso cigarro de manual
Soltamos
foque, ajustamos un poco el rumbo, y a patinar un poco, en un rato los
alcanzamos. Estábamos llegando a los bancos del Tuyú; había que abrirse hacia el
Oeste hasta un punto marcado en el GPS para esquivarlos. Pero el Norte fuerte de
toda la noche había vaciado el Río. No sondábamos mas de 1,30mts cuando
queríamos pasar. Ambos barcos tirando bordes buscando el paso. Entre medio, se
largo el Pampero. Lluvia garrafal, el típico vientazo; nosotros solo con la
mayor con 2 rizos, medio filada... Había que sacarle velocidad al barco para no
golpear contra un banco. Habrá durado 20 minutos... luego calmó... y se enseguida volvió a
poner del Norte!! Mas de 20 nudos!!! No lo podía creer. Martín se cansó de hacer
bordes, levantó orza y pasó el banco. Luego contó que nunca estuvo tan bajo. Y
eso que él tiene viajes hacia la zona.... Hicimos lo mismo y lo seguimos. El
último tramo, viramos 90 grados a babor, viento de través cada vez mas fuerte, y
el Titanio a 10- 12 nudos solo con mayor rizada, paralelos a la costa apuntando a la entrada a Tapera
de Lopez. Pasamos al Bodenn y entramos unos minutos antes. Viento en popa
redonda, a palo seco hacíamos mas de 5 nudos.... "Cómo paro esto" pensé.... Por
lo menos el motor, el inseguro Parsun, arrancó. Esperamos al HBoden, que amarró
al destartalado muelle. Nos pasamos un poco, viramos para arrimarnos proa al
viento..... motor a fondo.... No nos movíamos! Encima se desenrolla la parte de
arriba del foque, a pesar de no ceder los cabos. Nunca había pasado. Ahí se
mostró una de las grandes contras del trimarán. Tan liviano, que la maniobra en
puerto con viento fuerte... tiré el ancla de trabajo, la Almirantazgo de 7kg,
que se agarró al toque al fondo en el medio de la ría... Arrié el foque
"desarmado", y nos metimos adentro exhaustos. Una comida caliente de Guille con
su increíble voluntad, y a dormir para recuperar. Según el anemómetro del Hannah Boden, soplaban 29 nudos, con lluvia fuerte. Linda llegada a la Tapera de
Lopez.... Dormimos unas 3 horas. Ya era mediodía, el viento había amainado
bastante, Martín nos hizo señas de que nos acodáramos a su barco. Así lo hicimos
y pudimos bajar a tierra y pasar el resto del día.
Acoderados
Atmósfera rara en Tapera
Tapera de Lopez
A la noche nos invitaron al
Hannah Boden. Estuvimos 8 muy cómodos cenando en la mesa. Muy lindo el barco,
conocimos a todos los de la tripulación de este viaje, Martín cocinó, aportamos
algo, hasta tomamos un aperitivo casero de hierbas que hizo uno de los
muchachos-excelente. Al otro día el plan era navegar hasta Gral Lavalle, a
juntarnos con Guille, navegante de la zona con su Fenix, barco de orza por
supuesto. Seguía viento Norte, navegamos un par de horas alejándonos de la costa
porque seguía medio bajo. Entramos tranquilos en popa redonda por la Ría de Ajó
y sus arroyos y meandros, y garzas, y pájaros, tal cual lo describe Martín en
sus publicaciones. Nos encontramos con el Fenix, que nos llevó a un arroyo donde
fondeamos y pasamos el mediodía, cumpliendo con el "encuentro de la Bahía". Un
par mas de barcos faltaron a la cita. Fondeamos, nos abarloamos, y conocimos al
resto de la gente del Fénix. Muy anfitriones ellos, todo muy ameno. Iniciando la
tarde fuimos a General Lavalle. Paisaje melancólico, para pintar cuadros, con
los barcos abandonados por aquí y allá, los pesqueros amarillos fondeados.. Y el
puerto.
Hannah Boden en la Ría de Ajó entrando al puerto de General Lavalle
Barcos de pesca.
Amurados al paredón en General Lavalle.
Atmósfera rara en General Lavalle
Una gran contra: para amarrar contra el murallón, hay que hacerse lugar
entre los pescadores que miran de mala cara... Nada agradable. Unos de otro barco que
iba a Mar del Plata, tuvieron una discusión... Una lástima. No invita a ir. La
ilusión: según Guillermo, el reciente Club Náutico Gral Lavalle va a dragar una
Bahía pasando el puerto.
Entrando, el motor empezó a fallar en bajas rpm. Viento
firme que te tiraba contra el muelle... y aparece el 2do problema que acusaba el
"salir así nomás": se para el motor 5 segundos antes de amarrar. El viento
empujó al barrilete Titanio contra el paredón... PUM, bruto golpe que marcó un
pedacito de la proa de un pontón, delaminando. Menos mal que hay como 10 o 15 cm
de relleno de espuma y fibra, por lo que no afectó la estanqueidad del
pontón. El viento norte firme no daba para iniciar el retorno a la tardecita a
Buenos Aires, para comernos de jeta la Bahía. Nos juntamos a la noche en el
parador del Club NGLavalle con la otra tripu. La idea era salir al otro día a la
tarde... pero se iba a poner de nuevo Norte duro para el Lunes noche o martes, lo que daría de jeta. Así que concordamos con Martín
salir apenas clareara para adelantarnos a eso. Antes del amanecer el Hannah Boden soltó amarras, y
minutos después los seguimos nosotros. El amanecer en la Ría de Ajó cobrando
vida, un espectáculo aparte.
Amanece que no es poco... sobre la Ría de Ajó.
Viento del Norte un buen rato, durante la mañana.
La navegación, placentera, cruzando la Bahía, el agua verdosa... Mayor y foque, caminábamos bien...
picada va, cerveza viene.... el barco hacía 8 nudos... luego 7... 6.... iba
calmando y calmando. Al Boden lo habíamos perdido de vista. Vino la calma
promediando la Bahía. Esperamos un rato. Prendimos motor. Como 3 horas....
runrunrun... y por el norte... un frente, neeegro.... otro mas (mientras
estuvimos en Lavalle y Tapera, pasaron 2 o 3 mas, con sus chubascos... pero ya
no recuerdo los detalles). Comentábamos con Guille y Caro lo loco que estaba el
tiempo... Y el frente se venía. Por suerte venía "de tierra", si bien estábamos
aún un poco lejos, pero ya estábamos terminando el cruce de la bahía.
No parecía tanto... lo que venía.
Enrollé
mayor un poco mas allá del 2do rizo... Guille adentro descansando, le avisé que
esté alerta por las dudas. Caro conmigo afuera. Comenta en un momento, ya casi
con la negrura encima: "mirá que forma rara esa nube... parece que nos van a
abducir". De golpe se vino: nunca me había pasado algo ni parecido. La violencia del
viento fue brutal. La lluvia blanca tapaba todo, EN FORMA HORIZONTAL. Caro y yo
solo nos pudimos aferrar al barco, sentados de espaldas al viento; si ponías la
cara sentías que te la arrancaba. Yo llegaba a mirar de reojo al palo, ya
resignado esperando el momento en que cayera; y no pasaba... había filado mayor y sostenía el timón a la orza; el pedazo de mayor
desenrrollado gualdrapeaba con furia feroz, "tatatatatatata", a ritmo de
ametralladora; por supuesto que se iba a desgarrar toda, no había forma de
aguantar eso. Miraba a sotavento, agachado (si me paraba salía volando despedido
del barco). Láminas de agua blanca (y granizo) iban "para allá" en forma
horizontal. Miraba un poquito de reojo, lo que me permitía ESO... Caro seguía
ahí, encorvada de espaldas... el palo seguía ahí!Increíble. Y la vela entera!
Habrá durado 10 minutos. Al final, empecé a putear a ver si paraba. "PARÁAAA,
LPQTPARIÓOO... PARÁAAAA". Y paró, casi de golpe. Aguantó el palo, aguantó la
vela... Increíble. Y algo importantísimo: si bien no había mucha ola, el barco era una
plataforma re estable; el casco planito, jamás una sensación de nada. Eso ayudó
mucho, en un monocasco hubiéramos estado a 50 grados escorados. El único miedo
era perder el palo. Calmó, salió Guille que vió todo desde adentro... Para tener
una idea, los 30 nudos de la llegada a Lavalle no tenían ni punto de comparación
con esto. Seguro soplaron mas de 100km/h. (horas mas tarde Caro se pudo
comunicar con su padre, que estaba preocupadísimo por "el Tornado sobre el río
de la Plata"....que salió en los diarios, porque agarró parte de la provincia)
Como decía, calmó. Llamamos al Boden por VHF para ver cómo estaban! Ya que no
los veíamos, venían muchas millas atrás. Como si nada, un frente normal... yo
creo que nunca supieron la parte que nos tocó a nosotros. Soltamos vela,
motoreamos un rato... Se fueron formando frentes por los 4 costados negros, nosotros en
medio de la calma... la atmósfera rarísima. En un momento con Guille comentamos,
estábamos en un ojo de claridad, rodeados por los 4 costados. Nos habíamos
gastado casi toda la nafta entre las dos calmas, y yo quería tener una reserva
para pasar la Rada La Plata y un poquito para llegar. Así que desde la
tardecita, boyando... Mucha calma. Por ahí hacíamos 1 o 1,5 nudos.... cuando nos
acercábamos a 3 era la gloria. Dejamos el piloto automático y le dije a Guille
que descansemos lo que podamos, por si se venía uno de esos frentes que
merodeaban. pero se empezaron a ir hacia Montevideo durante la noche. Algunos
ratitos pudimos caminar mas, luego volvía a parar. Por la costa veíamos las
bóvedas de Pipinas, Atalaya, y los pueblos de la zona. Y la luz de tope del
Hannah Boden que venía a motor pasándonos. Por lo menos la calma nos dejaba
dormitar (en el cockpit), no como las sacudidas de la ida.
Al amanecer y
cumpliendo el pronóstico, rotó al Este sudeste y se afirmó un poco. Pasamos la Rada La Plata y al
Hannah Boden con Mayor a tope y foque, luego screacher, y casi de popa
desandamos el camino, tirando algunos bordes para disfrutar un rato de la
velocidad. 10, 12, 13 nudos... Estaba ideal para Spi, pero estaba tan cansado...
que ni quise hacer la maniobra.
Caro al timón, el Hannah Boden y el día que va asomando.
Nos despedimos por VHF de nuestros amigos del
Hannah Boden y llegamos al club a la una de la tarde. 32 horas de vuelta desde
Gral Lavalle, con 12 horas de calma... la ida había sido de 23, con una horita y
media buscando el paso del Banco.
Ah, me olvidaba del 3er problema que acusaba
el "salir así nomás": las dos redes se estaban descosiendo, lo que complicaba
mucho las maniobras: te podías ir al agua en cualquier momento. Y eso que tenían
un par de años nomás.... Finalmente quedó el mojón de haber conocido ambos
lugares, Tapera de Lopez y General Lavalle, que tanto había querido por años. Gracias Guille y Caro por tan buena compañía.
Lo
mas importante: la seguridad que me dejó el barco. Lo que aguantó. Y que en un
viaje así, mas exigente, lo que está "mas o menos" va a fallar. Eso me decidió a
romper el chanchito y encarar cosas que siempre tuve "mas o menos". Si el barco
aguanta eso, se merece no tener esos "mas o menos". Por eso también pasó el
verano sin navegar, encarando eso... pero eso va para otra entrada.